La situación de Alan Mozo en el Rebaño Sagrado ha levantado una ola de especulaciones tras su reciente exclusión del equipo en el partido contra Juárez. A pesar de que su expulsión en el Clásico Nacional contra el América fue un golpe fuerte para él, no es la única razón del castigo impuesto por el director técnico, Gerardo Espinoza.
Mozo, quien había sido titular en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de Campeones de la Concacaf, fue relegado al banquillo tras su falta de disciplina en el encuentro ante el archirrival. En ese juego, el lateral derecho sufrió una expulsión que dejó a su equipo en desventaja y comprometió el resultado final, que terminó con un contundente 4-0 a favor de los americanistas.
El cuerpo técnico, consciente de la importancia de la disciplina, decidió darle un mensaje claro al defensor. En el entretiempo del Clásico, cuando el marcador ya era adverso, Espinoza y su equipo le pidieron a Mozo que jugara con cautela y evitaran faltas que pudiesen resultar en una segunda tarjeta amarilla. El jugador se mostró confiado y garantizó que no cometería infracciones, solicitando así su incorporación para el segundo tiempo. Sin embargo, su promesa se desvaneció rápidamente.
A pocos segundos de iniciar la segunda mitad, Mozo cometió una falta imprudente, lo que llevó a su expulsión. Este comportamiento no solo refleja una falta de compromiso con las indicaciones del cuerpo técnico, sino que también ha generado preocupación sobre su capacidad para manejar la presión en momentos críticos.
El efecto de esta expulsión ha sido significativo. No solo quedó evidenciada su falta de disciplina, sino que también ha puesto en tela de juicio su lugar en el equipo. Espinoza mostró su descontento al optar por otros jugadores en su lugar durante el partido contra Juárez, a pesar de que se presentó la oportunidad de permitirle ingresar tras la salida de Isaac Brizuela.
Con la temporada avanzando y la presión sobre el equipo para mejorar su rendimiento, el futuro de Mozo en Chivas se ve incierto. La afición ha comenzado a cuestionar su compromiso y desempeño, y las decisiones de Espinoza han dejado claro que la paciencia con el lateral está llegando a su fin.
Mientras la situación se desarrolla, los seguidores del Rebaño estarán atentos a los próximos movimientos del cuerpo técnico y la posible reintegración de Mozo en el plantel. Sus actuaciones en el futuro determinarán no solo su lugar en el equipo, sino también su reputación dentro de una de las instituciones más importantes del fútbol mexicano. La presión está más alta que nunca, y el lateral deberá demostrar que puede superar este bache en su carrera.
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