La llegada de Sergio Ramos a Rayados de Monterrey ha causado un gran revuelo en la Liga MX. Este fichaje se considera uno de los más significativos en la historia del futbol mexicano, especialmente tras la lesión de Carlos Salcedo, lo que abrió la puerta para que el reconocido defensor español se uniera al equipo regio. En su presentación, Ramos no se anduvo con rodeos y dejó claro su objetivo en el fútbol mexicano.
Durante la conferencia de prensa, el exjugador del Real Madrid se mostró entusiasmado y decidido. "Soy alguien que jamás se conforma con lo logrado. Llego con el mismo entusiasmo de siempre, con ganas de seguir levantando trofeos y enriqueciendo la historia del equipo," afirmó.
Este tipo de declaraciones solo refuerzan la imagen de un jugador que ha vivido el éxito en las ligas más competitivas del mundo.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fueron sus palabras dirigidas al resto de los equipos de la liga. Ramos advirtió: "No vengo a pasear, mi reto y mi hambre es venir a ganar la Liga MX.
Esta declaración no solo establece sus intenciones, sino que también plantea un desafío para los demás clubes, especialmente para La Máquina, que busca recuperar su prestigio en el torneo.
Con más de dos décadas de experiencia en el fútbol de élite, Ramos también destacó la importancia de su liderazgo en el vestuario. "Cuento con más de dos décadas de experiencia y quiero compartirla con mis compañeros. Mi vida gira en torno al fútbol, y espero que este año esté lleno de logros," añadió, dejando claro que su llegada no solo se trata de sumar un nombre al plantel, sino de aportar su conocimiento y competitividad.
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