El equipo de la UNAM está en el ojo del huracán tras una reestructuración en su dirección deportiva que ha modificado por completo la forma de trabajar. Antonio Sancho regresó a CU para tomar las riendas, y con él llegó una nueva metodología que ya está dando de qué hablar. Mientras los aficionados esperan ver resultados en la cancha, detrás de bambalinas se vive una revolución que podría definir el futuro del club.
Lo más llamativo es que Efraín Juárez, quien antes tenía un poder casi absoluto en las decisiones, ahora comparte la responsabilidad con otras figuras clave. Carlos Ponce de León, director de Diario Récord, reveló que las contrataciones ya no dependen únicamente del técnico, sino de un comité que analiza cada movimiento con lupa. ¿Será este el cambio que necesitan los Pumas para romper su sequía de títulos?
La nueva era en Pumas: adiós al poder absoluto de Juárez
El regreso de Antonio Sancho como vicepresidente deportivo marcó un antes y después en la forma de operar del club. Según lo confirmado por Ponce de León, ahora cada refuerzo pasa por un filtro más estricto: "Hoy los candidatos en contrataciones no los elige Efraín ni sus contactos ingleses, sino que cada posición a reforzar tiene una lista de opciones, armada desde la viabilidad económica y deportiva de Pumas".
Esto significa que, aunque Juárez sigue siendo una pieza fundamental, ya no tiene la última palabra. Las decisiones se toman en conjunto entre la presidencia, la dirección deportiva y el cuerpo técnico, lo que busca evitar errores como los que se cometieron en el pasado con jugadores como Pedro Vite o Aaron Ramsey, cuyas llegadas generaron más dudas que certezas.
Los refuerzos que ya son realidad y el que falta
Mientras la directiva ajusta su estrategia, los fichajes no se detienen. Juninho, proveniente de Flamengo, ya es jugador de Pumas, al igual que César Garza y Tony Leone, quienes llegan desde Rayados. Pero el nombre que más emociona a la afición es el de Ronaldo Martínez, delantero paraguayo de Platense, quien estaría a punto de unirse al ataque auriazul.
Estos movimientos demuestran que, pese a los cambios internos, el club no pierde el ritmo en el mercado. Juninho llega para dar experiencia y jerarquía, mientras que Garza y Leone buscan fortalecer el mediocampo. Si Martínez termina de cerrar su llegada, Pumas tendría un ataque más letal para el Clausura 2026, aunque la presión por romper la sequía de 15 años sin títulos sigue latente.
¿Funcionará la nueva metodología?
El tiempo dirá si esta reestructuración trae los resultados esperados. En el pasado, Juárez tuvo aciertos como Keylor Navas y José Juan Macías, pero también tropiezos con jugadores que no rindieron al nivel esperado. Ahora, con un enfoque más colectivo, se busca minimizar los riesgos y maximizar el rendimiento.
La afición de Pumas está ansiosa por ver si estos cambios se traducen en victorias. Con Juninho, Garza, Leone y la posible llegada de Martínez, el equipo tiene piezas para pelear por algo grande. Pero el verdadero desafío será mantener la cohesión en la directiva y en el vestuario, porque en el fútbol, los detalles marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso.
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