Las Chivas de Guadalajara han logrado convertir el Estadio Akron en una verdadera fortaleza en la Liga MX, donde su defensa se ha vuelto su mayor aliada. En el actual Apertura 2024, el equipo tapatío ha demostrado una solidez defensiva impresionante, acumulando más de 630 minutos sin recibir un gol en casa. Este dato resalta la efectividad del Rebaño Sagrado en su estadio, donde se han enfrentado a rivales de gran calibre sin que estos hayan podido marcar.
Desde el inicio del torneo, el conjunto rojiblanco ha mantenido su portería a cero en todos los partidos disputados en el Akron. Esta racha se extiende desde la Jornada 14 del Clausura 2024, cuando la última vez que un adversario logró perforar su arco fue en un emocionante encuentro contra Puebla, que terminó 3-2 a favor de Chivas. Desde entonces, han enfrentado a equipos como Toluca, América, Querétaro, Mazatlán y Juárez, todos sin éxito al intentar marcar.
El próximo desafío para el equipo será contra Monterrey, un rival que también se encuentra en la parte alta de la tabla. Este encuentro, correspondiente a la Jornada 10 del Apertura 2024, representa una gran oportunidad para que Chivas mantenga su racha defensiva y sume tres puntos vitales. La presión está sobre el equipo, ya que han dejado escapar unidades importantes en sus últimos partidos, incluyendo una derrota ante Cruz Azul.
La defensa del Rebaño, liderada por su arquero Raúl Tala Rangel, ha sido fundamental en esta serie de resultados positivos. La coordinación y el trabajo en equipo han permitido que Chivas se sienta cada vez más fuerte en su casa, lo que se traduce en confianza y seguridad en el juego. La afición también juega un papel crucial, apoyando incondicionalmente al equipo y creando un ambiente intimidante para los rivales.
Con el objetivo de seguir escalando posiciones en la tabla, Chivas se presenta como un contendiente serio en el Apertura 2024. La combinación de una defensa sólida y un ataque que busca mejorar promete un espectáculo emocionante en el Estadio Akron. La misión es clara: continuar con la fortaleza en casa y demostrar que el Rebaño Sagrado es un equipo que no se rinde fácilmente.
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