El Club Deportivo Guadalajara atraviesa un momento crítico en su historia, especialmente tras la llegada de su nuevo director técnico, Óscar García Junyent. En este contexto, la situación de Jesús Orozco Chiquete ha generado gran controversia, ya que el jugador ha manifestado su deseo de abandonar el equipo para unirse a Cruz Azul. Esta actitud ha llevado al presidente del club, Amaury Vergara, a tomar decisiones drásticas que podrían afectar la carrera del defensor.
Chiquete ha dejado claro que su mente está enfocada en su traspaso a Cruz Azul, lo que lo llevó a negarse a presentarse a los entrenamientos en Verde Valle.
Esta falta de compromiso ha sido mal vista por la directiva, que se siente menospreciada por la actitud del jugador. Vergara, cansado de este tipo de comportamientos, ha decidido actuar con firmeza para enviar un mensaje claro tanto al plantel como a otros clubes.
El castigo que se contempla para Orozco Chiquete, en caso de que decida quedarse en Chivas, es severo. Se ha informado que el jugador sería relegado al Tapatío, el equipo filial del club, y tendría que conformarse con un puesto en la banca. Esta decisión busca marcar un precedente y evitar que otros futbolistas se burlen de la institución, algo que Vergara considera inaceptable.
Además, se ha revelado que Cruz Azul intenta negociar para que Chivas desvincule a Chiquete sin que el club celeste tenga que pagar los 11 millones de pesos que estipula su cláusula de rescisión.
Sin embargo, la directiva de Chivas no está dispuesta a facilitar este proceso, ya que no quieren que su jugador sea utilizado como una herramienta para que otro equipo ahorre dinero.
La situación de Jesús Orozco Chiquete pone de manifiesto la tensión que se vive en el Rebaño Sagrado. La afición espera que la directiva tome decisiones que fortalezcan al equipo y no lo debiliten. Con el Clausura 2025 a la vuelta de la esquina, es fundamental que Chivas mantenga una plantilla comprometida y enfocada en los objetivos del club.
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