La situación de Víctor Guzmán en el Club Deportivo Guadalajara se ha vuelto un tema candente en el mercado de fichajes, especialmente con la llegada del Clausura 2025. El mediocampista, quien llegó como una de las grandes promesas del equipo, está considerando seriamente su salida del club después de un año y medio de rendimiento irregular. Actualmente, se encuentra en pláticas con Grupo Pachuca, pero un factor crucial está impidiendo que se concrete su traspaso: su elevado salario.
Desde su llegada al Rebaño Sagrado, Guzmán se convirtió en un jugador clave durante su primer semestre, llevando al equipo a la final del Clausura 2023. Sin embargo, su rendimiento ha disminuido considerablemente desde entonces, lo que ha llevado a la directiva a evaluar su continuidad. A pesar de ser un jugador talentoso, su rol ha cambiado, pasando de ser titular a convertirse en un revulsivo en varias ocasiones bajo la dirección de diferentes entrenadores.
El interés de Pachuca por Guzmán es evidente, y se ha mencionado que el traspaso podría realizarse a préstamo. Sin embargo, el principal impedimento radica en el salario que percibe actualmente en Chivas, uno de los más altos del plantel. Cuando el mediocampista se unió al club, recibió un aumento significativo que ahora se ha convertido en un obstáculo para su salida.
Para que se concrete su regreso a Pachuca, Guzmán tendría que aceptar un salario menor, lo que implica una negociación delicada entre los clubes. La directiva de Chivas deberá decidir qué porcentaje del salario del jugador asumirán y cuánto estará dispuesto a aceptar Guzmán para facilitar su traspaso. Este aspecto es fundamental, ya que los equipos como Pachuca y Toluca suelen manejar sueldos más bajos en comparación con los que se ofrecen en Guadalajara.
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La afición de Chivas ha estado atenta a esta situación, ya que Guzmán es un jugador que ha generado expectativas desde su llegada. Sin embargo, la incertidumbre sobre su futuro ha llevado a muchos a cuestionar si realmente es el momento adecuado para que continúe en el equipo. La presión aumenta, y la directiva deberá actuar con rapidez para tomar una decisión que beneficie tanto al jugador como al club.
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