La reciente salida de Fernando Gago como director técnico de Chivas ha desatado una ola de especulaciones sobre quién podría ser su reemplazo. Uno de los nombres que ha resonado con fuerza entre los aficionados es el de Matías Almeyda, un entrenador que dejó una huella imborrable en el club durante su anterior etapa. Sin embargo, su regreso no sería sencillo, ya que implicaría un costo significativo para la directiva.
Almeyda actualmente dirige al AEK Atenas, donde ha logrado consolidar un proyecto exitoso. Su desempeño ha sido tan positivo que el club griego decidió extender su contrato, originalmente previsto para finalizar en 2024, hasta 2028. Esta renovación ha elevado su valor en el mercado, y ahora su cláusula de rescisión se sitúa en 10 millones de euros, una cifra considerable que podría complicar su regreso al fútbol mexicano.
La situación financiera de Chivas ha sido un tema recurrente en los últimos tiempos. La directiva ha mostrado cautela en el mercado de fichajes, evitando desembolsar grandes sumas por jugadores cotizados. En este contexto, la cláusula de Almeyda representa un desafío significativo, especialmente si se considera que el club ha optado por no abrir la chequera en transacciones anteriores, como fue el caso de Jordi Cortizo y Jesús Gallardo.
Además, la relación entre Almeyda y la directiva de Chivas no es la más óptima. Durante su tiempo en el club, el entrenador se alineó con los jugadores en una disputa sobre la falta de pago de premios, lo que generó tensiones con la administración de Jorge Vergara. Este antecedente podría influir en la decisión de la directiva al considerar su regreso.
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A pesar de los obstáculos, la afición sigue soñando con el retorno de Almeyda, quien es recordado como uno de los entrenadores más exitosos en la historia reciente del club. Durante su gestión, logró conquistar cinco títulos, incluyendo una Liga MX y una Concachampions, lo que cimentó su legado en el Rebaño Sagrado.
En conclusión, la posibilidad de que Matías Almeyda regrese a Chivas es un tema que genera entusiasmo, pero también presenta múltiples desafíos. La cláusula de rescisión del AEK Atenas y las tensiones pasadas con la directiva son factores que complican la situación.
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