Jesús Arellano, conocido como el “Cabrito”, es recordado como uno de los mejores extremos en la historia del fútbol mexicano y un exjugador destacado de Chivas. Sin embargo, su vida ha tomado un giro oscuro, ya que actualmente se encuentra próximo a la justicia por graves acusaciones de delitos sexuales. Esta situación ha sorprendido a muchos, considerando su trayectoria tanto a nivel de clubes como con la selección nacional.
Arellano debutó en el fútbol profesional en 1994 con Monterrey, donde rápidamente se ganó un lugar destacado gracias a su velocidad y habilidades con el balón. Su talento lo llevó a representar a México en tres Copas del Mundo: Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Alemania 2006. En 1998, Chivas realizó una inversión considerable para fichar al extremo, quien dejó una huella imborrable en el club durante su breve paso, antes de regresar a Monterrey y retirarse en 2011.
A pesar de sus éxitos en el campo, sus problemas legales comenzaron en enero de 2017, cuando una denuncia por agresión sexual fue presentada en su contra por una sobrina menor de edad. Esta acusación llevó a que las autoridades emitieran una orden de aprehensión tras su inasistencia a una audiencia. Aunque fue detenido en mayo de 2019, fue liberado poco después por falta de evidencia suficiente que sustentara las acusaciones.
No obstante, la historia no terminó ahí. A finales de 2020, se reabrió la investigación y Arellano fue nuevamente citado a declarar, pero no se presentó ante la justicia. Desde entonces, su paradero es desconocido, lo que ha llevado a las autoridades a continuar la búsqueda del exjugador para que enfrente las acusaciones que pesan en su contra.
La situación de Arellano ha generado un fuerte impacto en el entorno futbolístico, especialmente entre los aficionados de Chivas, quienes lo veían como un ídolo. Las noticias sobre su prófuga situación contrastan drásticamente con la imagen de éxito y alegría que había construido a lo largo de su carrera.
Este caso resalta la importancia de abordar temas delicados como la violencia de género y la responsabilidad que tienen las figuras públicas en la sociedad. Mientras la búsqueda de Arellano continúa, el mundo del fútbol reflexiona sobre cómo la fama y el talento pueden verse empañados por decisiones personales y acciones reprochables.
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