La temporada de Israel Reyes en el América ha sido todo un hallazgo para el entrenador André Jardine. Pese a que comenzó relegado, el canterano azulcrema supo ganarse un puesto en el once titular gracias a su disciplina y adaptación a una posición ajena a su natural rol de defensa central.
Desde que arribó al Nido de Coapa, Reyes no había podido mostrar todo su potencial. Sin embargo, este Clausura le brindó la chance de hacerse notar en una función insospechada como lateral diestro. Y no defraudó, consolidándose como un polifuncional en el esquema brasileño.
Su despliegue físico y consistencia en la marca dejaron boquiabiertos a propios y extraños. En poco tiempo, Israel se adueñó de la banda derecha asemejándose más a un volante que a un zaguero. Un giro inesperado que le abrió las puertas a nuevos horizontes.
Su notable nivel no pasó desapercibido para el Tata Martino, quien lo considera en su lista preliminar para la Copa América. Será una recompensa más que merecida al esfuerzo del defensor tapatío con apenas 23 años. Ha sido gratificante ver el crecimiento exponencial de Reyes en el último semestre, aprovechando la adversidad para fortalecerse. Sin duda, su renovado presente lo catapulta como pieza de recambio de la Selección. Un premio justo al sacrificio mostrado.
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