Uno de los grandes referentes de la nueva generación de defensores del Club América es, sin duda, Ramón Juárez. El zaguero potosino ha demostrado con creces su enorme valía no sólo para el presente, sino también para el futuro del equipo de sus amores.
No obstante, su actual realidad como titular indiscutible en la zaga de las Águilas contrasta notablemente con los difíciles comienzos de su carrera, luego de mudarse muy joven a la capital mexicana para integrarse a las fuerzas básicas azulcremas. En una reciente entrevista, Juárez abrió su corazón y relataría cuál representó el reto más grande en su camino hacia la gloria.
Dejar atrás a su entrañable círculo familiar a los 13 años fue una decisión crucial. "Alejarme tempranamente de mi familia fue muy duro", confesó con su acostumbrada humildad. El zaguero reconoció que, siendo una persona "muy hogareña" que ama compartir con los suyos, distanciarse en busca de cumplir el anhelo de jugar en el América significó un esfuerzo enorme a nivel personal.
Ramón Juárez es un ejemplo de superación
"Fue un sacrificio determinante en el proceso", agregó al respecto. No obstante, Ramón supo sortear aquella dura prueba inicial con apoyo divino y el cariño incondicional de sus seres queridos, quienes lo acompañan fielmente en cada presentación. Sus éxitos más recientes pagaron con creces el enorme esfuerzo realizado en la adolescencia.
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Ya consolidado como baluarte de la zaga azulcrema, el potosino se convirtió en pieza clave del bicampeonato, jugando con gran solvencia cada partido. Su técnico y directiva depositan total confianza en él para el futuro cercano.
El incansable trabajo y entrega de Juárez sobre el terreno son la mejor descripción de su espíritu de superación. Años atrás, solo un niño se alejó de su familia para perseguir las estrellas; hoy, es una realidad hecha profesional que ilusiona a la afición con seguir brillando con el América.
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