El Club América está viviendo un auténtico calvario en el mercado de fichajes. Lo que prometía ser un verano de renovación y esperanza se ha convertido en una pesadilla para André Jardine y su cuerpo técnico. Tras semanas de negociaciones infructuosas, la directiva azulcrema ha decidido dar un portazo a dos de sus objetivos prioritarios, dejando al equipo en una situación de incertidumbre que tiene a la afición al borde del colapso.
La primera baja en la lista de sueños fue Agustín Palavecino, el mediocampista de Necaxa que deslumbró en el último torneo. Los Rayos aprovecharon el interés de Cruz Azul para inflar su precio hasta los 10 millones de dólares, una cifra que en Coapa consideraron un abuso descarado. "No pagaremos sobreprecios por nadie", fue el mensaje claro de Santiago Baños, quien prefirió retirarse antes de entrar en una guerra de cheques que no garantiza el éxito.
El adiós a Palavecino y el error de cálculo
La negociación por Palavecino fue un parteaguas en la estrategia del América. La directiva creyó que, con paciencia, podría bajar las pretensiones de Necaxa, pero la realidad fue otra. Los de Aguascalientes no cedieron un centavo, convencidos de que otro club estaría dispuesto a soltar la millonada. El problema es que, al cerrar esa puerta, las Águilas se quedaron sin plan B inmediato.
Lo más preocupante es que este traspié no fue un caso aislado. El equipo de Jardine necesita urgente un delantero que le dé jerarquía al ataque, y Emiliano Gómez, la joya del Puebla, parecía la solución perfecta. Sin embargo, la historia se repite: La Franja ya está moviendo sus fichas para sacar el máximo provecho de la situación, y el América podría quedar fuera de la jugada una vez más.
Puebla juega sucio: el precio que espantó a las Águilas
Según información de Azteca Deportes, el Puebla le puso un precio de 5 millones de dólares a Emiliano Gómez, una cifra que, aunque menor a la de Palavecino, sigue siendo elevada para lo que ofrece el mercado mexicano. Lo peor es que los de la Angelópolis no tienen prisa por vender y saben que el Toluca, bicampeón y con la chequera abierta, podría entrar en la puja en cualquier momento.
"Si el América no quiere pagar, hay otros equipos que sí lo harán", declaró un directivo de Puebla bajo anonimato. Esta actitud ha encendido las alarmas en Coapa, donde ya empiezan a cuestionar si valió la pena descartar a Palavecino para terminar en la misma encrucijada. Santiago Baños se mantiene firme en su postura: "No seremos rehenes de ningún club", pero la afición no entiende por qué no se actúa con más contundencia cuando el equipo lo necesita.
Jardine, entre la espada y la pared
André Jardine está en la mira. El técnico brasileño sabe que, sin refuerzos de peso, su ciclo en el América podría acortarse drásticamente. La pretemporada está a la vuelta de la esquina, y el plantel actual no da señales de ser suficiente para pelear por el título. El Clausura 2026 se perfila como un torneo de alta exigencia, y llegar sin un delantero de garantías sería un suicidio deportivo.
El problema no es solo económico, sino de tiempo. Cada día que pasa sin un fichaje, las opciones se reducen. Otros equipos ya están cerrando sus planteles, y el América corre el riesgo de quedarse con las sobras del mercado. Baños insiste en que hay alternativas, pero hasta ahora no se ha concretado nada. La pregunta es: ¿hasta cuándo podrán esperar los aficionados antes de que la paciencia se agote?
La afición exige respuestas (y goles)
La hinchada azulcrema no está dispuesta a aceptar otro torneo sin aspiraciones. Tras un Apertura 2025 para el olvido, la exigencia es clara: se necesitan figuras que den un salto de calidad al equipo. Emiliano Gómez era visto como ese jugador capaz de marcar la diferencia, pero si el Puebla sigue con su juego de subastas, el sueño podría esfumarse.
Lo más irónico es que, mientras el América se enreda en negociaciones interminables, otros equipos como el Toluca y el Cruz Azul avanzan a pasos agigantados. Los Diablos Rojos ya tienen su plantel casi listo, y la Máquina no se queda atrás. En Coapa, en cambio, el silencio es ensordecedor. Santiago Baños tiene la palabra, pero el reloj no perdona. 🕒
¿Qué sigue para el América?
Con Palavecino y Gómez prácticamente descartados, la directiva azulcrema debe moverse rápido. El mercado no espera, y cada hora que pasa es una oportunidad perdida. Si no llegan refuerzos de jerarquía, el Clausura 2026 podría convertirse en otro capítulo de frustración para un equipo acostumbrado a ganar.
El desafío es enorme: encontrar un delantero que cumpla con el perfil, que no cueste una fortuna y que esté dispuesto a llegar a un club bajo presión. André Jardine lo sabe, la afición lo sabe y, sobre todo, Santiago Baños lo sabe. La pregunta es si habrá tiempo para enmendar el rumbo o si el América se condenará a otro semestre de mediocridad.




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